De respiros y a tumbos
En el cauce ignoto de los pasadizos errados
En frascos turbios, en lagunas tenebrosas
Allí estaremos.
Obsequia este desdén al cielo
Y vuélveme a pasear encadenado
Exhibe al can que oscurece pálido entre sombras
Tuyo, tuyo… tuyo estoy.
Consciente de los arenosos castillos
Cuajado de los vicios del pensar
Resolviendo la clave, que está en la caída…
El amarrado descenso a los infiernos de montarse al café
Y deshojar el periódico,
Siendo abuelos ejemplares, de las desapercibidas
memorias.
Ah, sabrás que el sueño es barato,
Pero al menos vale para acariciar la peineta de este
reto.
Pues pisé las más mermelosas mierdas
Y admito el barro escarnio de este distante anhelo.
Se cree, se creerá… ¿se creerá?
Sé...