El bla bla bla en bises.
Oratoria de bacines y ademán de maniquíes,
Caldera de frases en fotocopia
Y fortín de colores de envoltura radiante.
Todo, todo es sutileza de matices…
De un poco, o nada, de vacío coloreado;
Y ecos salpicados,
En abyecto deseo por la resaca perpetua
De la gran mamada y el buche con lentejuela.
(Aquí
banderas y escudos de moraleja)
Y allí, en disposición en trance
Y en escaso esfuerzo por uno mismo rascarse,
Vagamos uniformes por el trópico de náusea
Que aparenta vitrinas translúcidas
Cuando realmente hay urinario encacado
Atrayendo mosca, rata y galifardo.
Todo debidamente olorizado.
(Aquí
pantallas en simetría sin opacos)
Entonces, queda el tropel de jaulas,
De mojones macerados,
De cartulinas habitadas,
Y crayones de verde imitado;
De fumaderos camuflados
Y berrinches al paso,
De túneles abstractos de cadalso privado.
(Aquí
botellas en aparente orden exacto)
Pues eso, es lo que calla la urna en sobre…
Y secretamente sucede,
Que vas anudando el mismo final
Con el cual de este lugar querrás escapar.
Colgado, ladeándote de lado a lado…
Con un ligero mal sabor antes del último bocado.