Desde aquí, la noche sepulta las ansias…
Se descose el mito transeúnte del desenfreno
Para dar pase al auténtico ruido del vestigio
Y a sus sencillos desenlaces:
Una bolsa al viento, una estela de luz, una vía sin
gentío.
Desde aquí, pareciera posible cierto sereno
A rastras del comercio y la ebriedad que seducen
Y a cuestas de las horas agolpadas al bostezo
Y sus justos despliegues que recuerdan que hay mañana,
Que lo voraz existe,
Y que este reflejo no es espectro de un vejamen rendido
al lecho.
Desde aquí, lo artificial es la noche.
Es mi ventana ahumada de un letargo que no cesa
Y que descansa lo que muere entre melodías
Haciendo admisible la tontería de zambullirse en pantanos
Fajando el vientre y estrechando manos.
Desde aquí, los techos desnudos son corales
De un océano rengo, de un tedio mórbido
Que se diluye entre tus dedos sin saberlo,
De las preguntas que se olvidan de responder
Y que ya nadie quiere resolver
Desde aquí, todo llueve y consta, desde aquí…
Martes, 4 de noviembre de
2014
2:05 a.m.
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