no es lo que sucede sino este avatar de barullos murmullos y chanchullos bien organizados que te esputan la calma con titulares y briosas pompas de un ajenjo condensado de mequetrefes leyéndote un monitor que ha sido digitado y procesado y reventado hasta el hartazgo para ensombrecer el método de lo que es conocido como día a día y en ese puente de armatostes fermentados de nada y colapsados de trampas está el vértigo de saberse mutuamente tensos y absorberse en ese embudo de microscópico aderezo que te zambulle sin sentir el sueño ni el modelo ni el devenir bermejo de un reflejo opaco que se sabe muerto

y





pesado de tiempo
pasado de tiempo
pensando en el tiempo
paseando de tiempos
pudriendo los tiempos