Tu mente en un péndulo
De los bríos edulcorantes
A los pozos derramados de nostalgia
En este tenis enlutado, de cero puntos…
Que acaba en el último set que nunca llega.
Y está el arpón ventilado de las dudas
Que acalambran tu máquina, para oxidarla
Volviéndola aparato sin brújula, cámara sin lente.
Y está el disparador artificial
Que escudriña tus entrañas
Para inventar las arcadas fabulosas de los malecones
calmos.
Y voy arriba, como una batería impronta
Que redobla perpleja la escucha del vacío
Y me voy al silencio de cuclillas
Y su incómoda vena obtusa.
Y así se está, en el partidor eterno,
En el montículo de cascajos
Que se arrepienten de subir, de bajar, en suma… de no
volar
Y empaco mis recuerdos
Y pretendo desaliño
Y entumo el vientre
Y digo adiós
Y vuelvo a bajar,
Piso tierra… todo vuelve a sudar.