La soledad de las pantallas
Donde cada quien resulta un cosmos.
Panales de los más distantes universos (de cuervos),
Un babel de quincha que danza
Y se tambalea al ritmo de un botón pulsado.
Las verdades que se dijeron
Se tornaron en el sueño de quienes callaban,
Y los colores pierden distingos
En la ramada de tus suspiros bostezados
Contra ese rostro gigante, esa faz deforme de metálico mentón
Que te acoge con sus risas de Sodomas
Y te arrulla con sus senos de lácteo polietileno.
Neumático, sintético, mmm… sensorial.
Te intento encontrar en el plantío
De las cabezas rapadas y los códigos;
Y mis barras sólo son mis objetos (a crédito)
Y mis marcas las que más gusten y se pierdan en el antaño,
De los áticos en desuso y polvorientos.
Me rebalso en esta boca desdentada
Y me enjuago en el sudor de los millones aparentes.
Donde todos decididos, sentados la historia del olvido escribimos.
Y cuando las sirenas resuenen,
Se esconderán los gemidos de las madres
Los sollozos de los fieles
Y los rezos desprendidos del magneto.
Y surgirán las incógnitas doradas.
Las que responden al silencio,
Las que mascullan en tus hojas amarillas
¡Porque se acabó el tiempo de la parla!
Y el estrépito se interpuso entre mi corazón y tus lágrimas,
Donde tocaba el talle violeta y acurrucaba mis vellos
Al ritmo de las teclas ante la luna rosada.
Todo sin tiempo, todo en tardes de adviento.
¿Ahora te arrepientes?
Sudoroso ante tu clan de pantalla (¿resolución maximizada no?)
Acorralado de tanto, de mucho, de hastío…
Gobernado por el placer automático
Donde se suspira boca abajo,
Donde el olor pasó a ser rincón de diccionarios.
1 comment:
Domo Arigato!
-Mr. Roboto
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