Tras tu caspa grasa;
Apretujado… doy fe de mi desfase.
Observo tu ágora de seis centímetros cuadrados
Frente al rostro de millardos entumidos,
Procesados de cumplidos y horarios.
Y el escote censurando mi reojo
En el sauna de betunes, perfumes y gases nonatos
En la bocina rodante de truenos al paso;
Se escurre entre premuras y más deseos abotonados
Dando atisbo de mi espíritu en corsé embarrado.
Más tengo defensa, en mis tímpanos taponeados
De melódicas desgracias que colorean el grisáceo paredón
Donde el tumulto danza al ritmo del tremebundo sol.
Y allí…
Una brisa es una tibia paliza
Y un espacio hasta una dádiva krishna
Pues de haber siquiera parlas o rimas, haríamos de este
cuarto una orgía.
Sé que este féretro de rutina nada lo descuenta
Y en el podio de las memorias
Será reciclaje de mi bandeja mohosa.
Pero en tanto soy espíritu al fuego
Tejo los ínfimos recuerdos
De aquellos versos esparcidos en los techos
De los mudos estruendos en los parques
Y de la cantina bien bebida de las noches de adrenalina.
Por ello me aferro al sueño de concreto
Para no tener traje de colilla
Ni destino de roída zapatilla
Pues a escasos minutos de este verano compreso
Estarán mis pies en el suelo…
Y podré estirar el paso por sueldo, y fumar las
cascaritas del viento.
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