Saturday, January 18, 2014

desde 1535 hasta esta huevada...

Lima; capital del departamento del mismo nombre de la República del Perú, a orillas del Río Rimac y no lejos de la Costa. Hermosa Ciudad, una de las más prósperas del Sur, ha extendido notablemente su área y cuenta con 1716000 habitantes (limeños). Posee dos universidades: la Católica y la de San Marcos (fundada en 1551), varios museos (Arte colonial, Historia, Pintura) y una biblioteca excelente. Entre otros edificios merecen citarse el del Palacio de Gobierno, la Casa de la Moneda, la Catedral (consagrada en 1625 y reconstruida después del terremoto de 1746). Su vida comercial está favorecida por la amplia red de comunicaciones que la unen a los puertos de El Callao y Huacho y a los pueblos de la sierra. Fundada por Francisco Pizarro en 1535, llamóse primitivamente Ciudad de los Reyes y fue, hasta 1821, capital del Virreynato.

Definición del Diccionario Larrouse Ilustrado (1964)


Ya en 1989 Melville (Cap XLII de Moby Dick) había escrito: ¿No es el recuerdo de sus terremotos demoledores de catedrales, ni el embate de sus frenéticos mares; ni la infecundidad de sus cielos sin lágrimas, pues que nunca producen lluvias, ni el espectáculo de sus vastos espacios donde se alzan botareles inclinados, yacentes piedras sillares y cruces terciadas (como en un astillero de tumbadas flotas ancladas), ni sus avenidas suburbanas con paredones que se apoyan los unos contra los otros como revueltos mazos de naipes, lo que hace que Lima, la sin lágrimas, sea la más extraña y triste ciudad que usted pueda ver? Ello se debe a que Lima ha tomado el velo blanco, y existe el más alto horror en esta blancura, que define su tribulación. Vieja como Pizarro, esta blancura mantiene siempre nuevas sus ruinas, no admite el jovial verdor de su decaimiento: extiende sobre sus rotos terraplenes el rígido palor de una apoplejía que fija sus propias distorsiones”; y continuarían desde sus propios anaqueles Salazar Bondy y Congrains deshaciendo los mitos de la Señorial Ciudad de los reyes. ¿Qué es lo que describe una definición de diccionario y la realidad destruye hasta hacer añicos ese concepto de hermosa ciudad?, que ahora yace a orillas de un vertedero de basura aprisionado entre muros que es el Río Rimac. Muros que han estrechado la vera del afluente hablador para dar paso a más concreto, a más autos, a más insania, a más reducto de carbono instalado en nuestros bronquios. Qué hace que ese concepto de próspero se detenga cuando se exalta su extensión en área y población, entrelazada por mastodónticos rieles de concreto que la atraviesan de un punto a otro punto, rebasando el brío de sus contrastes, desde San Isidro hasta los pasajes tuberculosos del Agustino, desde La Planicie hasta los asentamientos verticales de Cajamarquilla en Lurigancho Chosica; desde la pujante Gamarra hasta los lúmpenes barrios de Mendocita o La Floral. Allí están embutidos sus casi 9 millones, exhibiendo camionetas cual presunción fálica, entre mototaxis, camiones, skates, triciclos y millones de apresurados a pie. Qué es lo que las mañanas de esa ciudad sin lágrimas te hacen llorar cuando se muere día a día, hora a hora, minuto a minuto, en las prisiones de latón estrujadas a bocinazos y hedores insoportables. Esa es la celebración del espanto que acoge ahora ya no 2 universidades, sino centenares de claustros de enseñanza al paso, propiedades de la corriente mercenaria que se alaba bajo el espíritu del emprendimiento; que con sus mensajes a todo brío te conminan a “salir adelante”, qué es esta ciudad sino una simple maraña, una gráfica de sus postes atravesados de miles de mensajes y señales piratas revoloteando como madejas de cromo entre techos fruncidos de parabólicas y sin desague.

No están acaso todos sus alabados acabados arquitectónicos siendo arrasados por contadas compañías que aducen el dinamismo de la economía y el sector inmobiliario, edificando panales a diestra y siniestra, mutilando el simple horizonte para volverlo un Tokyo con cachina y un New York con Parada. No vive Lima sin su color de aceras, sin su orín esparcido ni su muro empapelado de turbios desconciertos. Así se recorre, su extensión incierta, entre un salivazo contenido y la ebriedad hecha conducta, entre el corrompido estado de las ventanillas y sus brillosas tiendas comerciales, entre travestis henchidos y prostitución soslayada, entre el sosiego de Starbucks y el pase escondido del jirón Castilla. La lima de Ribeyro que se perdía entre malecones y azoteas, hoy se escurre entre baches y rascacielos; las calles de Vargas Llosa hoy se debaten entre el monstruo de Tola y las tolas de Maranguita. Hoy se decide si se vive a punta de bala y seguimos pa' adelante, zapateando, brincando, usurpando todo terreno, esperando la lluvia por si de una buena vez, o nos rebasa o nos limpia en cura.

Yo los invito a reconstruir ahora mismo ese inicio de la Casa de Cartón, ese que dice: “ya ha principiado el invierno en Barranco, raro invierno, lelo, frágil, que parece va a hendirse en el cielo y dejar asomar una punta de verano. Nieblecita del pequeño invierno, cosa del alma, soplos del mar, garúas de viaje en bote de un muelle a otro, aleteo sonoro de beatas retardadas, opaco rumor de misas, invierno recién entrado…”. Sencillamente, imposible, salvo, claro está, que usted sea ciego, o mejor aún; que pida un crédito.



"Lima en su ley, tertulia de terrores
Ajos de terruño, sueños ocres en menores
Sueños ajenos en aviones."



                                                                                  

Wednesday, January 01, 2014

ENDECHAS


Hola, acabo de reunir un conjunto de canciones en este espacio, y a ese conjunto se les ha titulado "ENDECHAS". Pueden escucharlo por completo y gratuitamente aquí: https://solobones.bandcamp.com/. Si les agrada, sería muy importante que puedan compartirlo. Este disco va para Beletín y merece un agradecimiento especial para Eduardo Braga, César Ávalos y sobre todo, al distrito más mórbido de Lima: Ate Vitarte.

Abrazo,
J.


P.D.: la carátula es una fotografía parte de la serie "Lima Amanece 2011" de Rita la Caimana.