Tuesday, September 29, 2015

5 metros de nada...

Comencé a pelar tu fruta como quien prueba temeroso un sabor nuevo. Dudoso de su contenido, su textura, sus sabores y sus cauces. Y ahora he venido hasta tu lar, para ver tu tierra fértil, para oler tu misma grama, para encontrar tu paleta de color.


En esta media noche
                              con rejas de aire
                                                      se agitan las manos
                     Donde estará la puerta?  Dónde estará la puerta?           
                  y siempre nos damos de bruces
                  Con los espejos de la vida
                  Con los espejos de la muerte

Es tarde y el frío arrecia, carcomiendo pantorrillas y volviendo amantes a las manos y los bolsillos. Recorro errante tus cuadrículas y ya entiendo tus hachazos de tiempo y tus ojos que eran niños.

               Pero hoy que mis ojos visten pantalones largos
                                 veo a la calle que está mendiga de pasos.

No hay reclames ni una luna de compras, sino un tugurio de comercios, una pista estrechada y un silencio gélido. Pregunto a todos por tu calle, por tu nombre, por tus metros, y pareciera que fuera un fiscal de camposanto, un sabueso de lo ignoto, o hasta un orate de remate. Siento pena.

               qué pena
               la lluvia cae desigual como tu nombre

Estoy buscando ese film de los paisajes, quiero tocar tu timbre, quiero abrazar el destello de tu genio y como tú, me pregunto ¿quién habrá quedado? Cómo puedes prohibirme estar triste?



Ya son 110 años de tu nacimiento, y tu casa está hecha nada. Escrito un 431 con tiza y con desdén. La cubren unas hojas marchitas, un medidor de luz oxidado y un timbre improvisado que se proyecta ante la luz mortecina del pálido poste que la alumbra. He preguntado a casi 30 personas de ti, y nadie te supo. Este es tu último caligrama, y vivo tu ajena Bolivia, tus ideas impertérritas y el olvido de nuestra tierra. Tus destierros pasaron inimaginables, y a tus escasos 30 un bacilo te privó de mayor metraje. Como diría Alberto Tauro, eras el nimbo trashumante de apariciones y ausencias.

Si pues, los bombazos se llevaron tu tumba, y el tiempo ha hecho que ésta, tu casa, que casualmente tiene 5 metros de frontis, sea el más terrible poema del adagio vivido. Yo persigo tu fulgor, el país, sencillamente te tiene en el decorativo olvido.


Puno, 17 de Setiembre de 2015


Sunday, September 06, 2015