Wednesday, November 14, 2012

Nosotros


-¿Es que supone que temo esa palabra? ¿Ha intentado alguna vez romper un cascarón para descubrir lo que se oculta en su interior? Se lo mostraré. Recuerde, una colina azulada, una cruz y una multitud. Arriba, unos, salpicados de sangre clavan el cuerpo en la cruz; abajo, otros, anegados en lágrimas, miran. ¿No le parece que el papel de los que están arriba es el más difícil e importante? Pues sin ellos, ¿cómo habría podido consumarse esa grandiosa tragedia? Ellos fueron odiados por la multitud oscura y anónima, pero por eso el autor de la tragedia, Dios, debe premiarlos más generosamente. ¿Pero el mismo y piadoso Dios cristiano, que quema lentamente en las llamas del infierno a todos los que no se le someten, no es, él mismo, un verdugo?

“¿No cree que el número de los cristianos que han sido quemados en la hoguera es mucho más reducido que el de los cristianos que se queman en el infierno? Y sin embargo, compréndalo, ese Dios ha sido adorado, a lo largo de los siglos, como el Dios del amor. Qué absurdo. Por el contrario, aquí, en el Estado Único, la inextirpable cordura del ser humano se escribe con sangre. Incluso, entonces, el hombre, salvaje, harapiento, entendió la verdad que el infalible y verdadero rasgo del amor a la humanidad es su crueldad. Así como el rasgo infalible del fuego es que quema. ¿Puede mostrarme un fuego que no queme? Pues nómbrelo; ande, discuta.”

¿Cómo iba yo a discutir? Cómo iba a discutir si esas fueron mis propias ideas anteriores; sólo que yo jamás había logrado revestirlas de una coraza tan firme, fuerte y brillante. Callé.

-Si su silencio significa que me da la razón, entonces hablemos amigablemente, como dos personas maduras, cuando los niños ya se han ido a la cama. Y tengo que preguntarle: ¿por qué razón los hombres, desde la misma cuna, han rezado siempre y han soñado y han sufrido siempre? Solamente para que alguien, uno de ellos, definiese para siempre lo que es la felicidad y los atase a golpes de masa a esa felicidad.
“¿Acaso no es precisamente esto lo que hacemos? El antiguo sueño del Paraíso. Recuerde, en el Paraíso, los hombres ya nada desean, ya nada anhelan, ya no conocen la compasión ni el amor. Allí solamente existen bendecidos con la eliminación de la fantasía (y por eso son benditos) los ángeles siervos del Señor….

Yevgeni Zamiatin, de Nosotros (1920) 

1 comment:

Anonymous said...

"¿Cómo iba yo a discutir?"

http://www.youtube.com/watch?v=RaF4GGAvf3I&feature=player_embedded

"Allí solamente existen bendecidos con la eliminación de la fantasía"

Oooooouuuuuuuhhhhh!!!!
(Aquí caca de perro)

/ºº\