Thursday, November 28, 2013

Correspondencias...

“Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra.


Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo.”


9 de setiembre de 1971
Carta de Julio Cortázar a Alejandra Pizarnik
Ella se quitaría la vida el 25 de setiembre a los 36 años.

1 comment:

Anonymous said...

No. No podía pedirsele vida a quien ya estaba acariciando su propio mármol.. Después de todo el luto siempre es una cosa seria y yo nunca he sabido que decir.. Emocionado de días mirando la pantalla (con los cientos de exámenes, esperando.. esperando). "Llámale luz o César Vallejo o el cine japonés" .. Ah Julito amado.. Pero cantado estaba que ni la varita mágica del cronopio podía contra esa ola de imponente pesar.. Tal vez un 'quédate con nosotros Alejandra. Valor..'. En fin, todo consumado, imagino, asi que una última leida a la carta que casi puedo imaginarlos: ella llorando sin lágrimas, él ya todo teclas y gatos, y revolución .. REVOLUCIÓN!!
Salud hermanos!
Salud!
E.